Visión de túnel: la toma de decisiones financieras con mentalidad de escasez

Casi sin darnos cuenta llegó octubre, quedan alrededor de 10 semanas para llegar a 2024. Bajo esta óptica, empezamos a poner máxima atención a esos proyectos que nos urge completar antes de fin de año.

Maximizamos ese recurso precioso y escaso llamado tiempo para cubrir lo mínimo indispensable para cerrar el año haciendo a un lado otras metas que a inicios de 2023 eran también prioritarias. 

La escasez de un recurso nos lleva a enfocar nuestra atención en cubrir las necesidades que tenemos que cubrir a corto plazo, desatendiendo otras que quizás sean igual de importantes, pero parecen menos urgentes. 

Dicha escasez no solo aplica al tiempo, sino también a otros recursos finitos. Un ejemplo simple es cuando hacemos el equipaje. Cuando sabemos tenemos una maleta grande que vamos a documentar no es muy complicado decidir qué empacar, llevamos todo lo que pensamos que vamos a usar o por si las dudas. En cambio, si solo podemos llevar una maleta carry-on, tenemos que elegir con mayor rigor qué vamos a usar durante en el viaje, no podemos darnos el lujo de llevar lo que no sea absolutamente necesario.

La escasez de espacio define nuestro proceso de toma de decisiones para hacer el equipaje y determina lo que tengamos a disposición durante el viaje. 

Aunque esto parece obvio, la evidencia dura del efecto que tiene la escasez en nuestro comportamiento y las decisiones que tomamos es relativamente reciente. En 2012, un grupo de investigadores publicó un estudio muy interesante sobre la mentalidad escasez titulado “Algunas consecuencias de tener muy poco”.

Utilizando un diseño experimental similar al videojuego de Angry Birds en el que aleatoriamente asignaron a los participantes un presupuesto ‘pobre’ (30) o ‘rico’ (150) de tiros para disparar a los objetivos, encontraron que los jugadores que tenían menos oportunidades, o sea los ‘pobres’, tomaban más tiempo para hacer cada disparo, lo que se atribuye a su menor margen de error que los más ricos. 

Observaron también que a pesar de que los ‘ricos’ tenían más oportunidades de disparar y ganar puntos, en proporción ganaron menos puntos que los pobres. Si los ‘ricos’ hubieran jugado como los ‘pobres’, hubieran tenido un mejor desempeño. Es decir, mientras la escasez jala más nuestra atención, la abundancia no parece tener el mismo poder de atracción.

Y es que tener menos de algún recurso, requiere un mayor enfoque en cómo administrarlo. Volviendo al ejemplo de la maleta, si lo que nos hace falta es espacio para empacar, lo más probable es que solamente llevemos lo absolutamente necesario para el viaje, aún cuando tengamos que prescindir de cosas que puedan ser útiles ante algún acontecimiento inesperado.

En las finanzas personales, si solo tenemos lo suficiente para cubrir los gastos básicos del mes, será muy difícil que siquiera pensemos en ahorrar un poco para alguna emergencia.

Cuando los recursos disponibles no alcanzan para cubrir lo necesario en el corto plazo, la mentalidad de escasez activa nuestra ‘visión de túnel’. Este efecto tiene el beneficio de enfocar nuestra atención casi exclusivamente en el recurso escaso, para maximizar nuestros esfuerzos en resolver este problema real e inmediato, pero nos limita de tomar en cuenta los costos de estas decisiones, especialmente en el futuro. 

Debido a dicho efecto, las decisiones bajo escasez se tienden a tomar sin analizar adecuadamente todos los costos que implican, no tanto por falta de educación o información, sino por la urgencia de resolver el problema y nuestros limitados recursos cognitivos en el momento.

Un ejemplo de esto que analizaron los investigadores fueron los llamados avances o adelantos de nómina, que han ganado popularidad en México en los últimos años. Dichos productos se ofrecen a personas que se encuentran cortas de liquidez antes de recibir su pago de nómina, pues se garantizan con el cheque próximo. 

Aunque se presentan como productos sin intereses que cobran solo una comisión por expedición, los investigadores encontraron que cobran tasas de hasta 800% en algunos casos. En México, el Costo Anual Total (CAT) de algunos de estos productos supera el 200% lo que es oneroso para quienes los toman, pues se obligan a pagar más del doble de lo que pidieron comprometiendo su siguiente cheque de nómina.

¿Cómo manejar la mentalidad de escasez?

La escasez es inevitable en diferentes etapas de nuestras vidas. La evidencia sobre su impacto en nuestras decisiones y comportamiento nos ofrece oportunidades para identificarla, manejarla mejor y empatizar con las personas que experimentan más frecuentemente una mentalidad escasez. 

Identificar los momentos en los que experimentamos mentalidad de escasez puede ayudarnos a identificar recursos o personas que nos ayuden a enfrentarla de mejor manera. Por ejemplo, involucrar a un colega o familiar que no esté experimentando la mentalidad de escasez puede traer una visión externa que nos ayude a considerar los costos de nuestras decisiones y elegir el camino más adecuado. 

Podemos también hacer un compromiso de no tomar en esos momentos decisiones cruciales que puedan dañar otros aspectos de nuestras vidas o nuestro futuro. En el caso de nuestras finanzas, podríamos diseñar sistemas en nuestras cuentas que automáticamente separen algunos fondos durante etapas de mayor abundancia, para que cuando haya escasez, nos ayuden a liberar un poco la mentalidad que nos puede llevar a tomar decisiones riesgosas.

Fuente: Forbes