“Salud mental en el embarazo: El desafío invisible para las empresas.”

El embarazo y la salud mental en el ámbito laboral: Un desafío sin protocolos claros.

El embarazo, aunque idealizado como un momento de plenitud, representa uno de los mayores retos para las mujeres en su vida profesional. La combinación de la carga mental, los cambios hormonales y las responsabilidades laborales puede generar un impacto significativo en el bienestar personal y el rendimiento en las empresas.

Salud mental durante el embarazo: Una etapa vulnerable.

La psicoterapeuta Ana Lilia Núñez Valle destaca que el embarazo es un periodo de alta vulnerabilidad emocional, con pensamientos distorsionados o temores intensificados. Según el Análisis sobre riesgos psicosociales para gestantes y lactantes trabajadoras de la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP), las mujeres embarazadas tienen entre un 3% y 6% más probabilidad de sufrir depresión o ansiedad grave debido a los cambios hormonales, los cuales pueden extenderse al posparto. Brenda Benítez, psicóloga perinatal, explica que el desbalance hormonal puede provocar ansiedad, depresión y una dualidad entre ilusión y miedo. En el entorno laboral, el estrés por las demandas de trabajo puede aumentar hasta un 50-60%, afectando incluso el periodo de lactancia. Dado que el embarazo y la lactancia pueden abarcar casi dos años, las mujeres enfrentan un reto emocional para el cual los entornos laborales no están preparados.

Señales de alerta en la salud mental.

Durante el embarazo, las emociones se intensifican, lo que puede derivar en problemas cognitivos o trastornos mentales que afectan el bienestar y el desempeño laboral. Según Núñez Valle, si síntomas como preocupación excesiva, desorientación, falta de autocontrol, hipersensibilidad, mal humor, fatiga extrema, o los enlistados por la OMS (dificultad para concentrarse, palpitaciones, trastornos del sueño, baja autoestima, temor al futuro o pensamientos de muerte) persisten más de 10 días, es crucial buscar ayuda.

Benítez agrega que las mujeres embarazadas pueden experimentar olvidos, irritabilidad o explosiones emocionales, especialmente si tienen antecedentes de depresión o ansiedad. Estos síntomas impactan las relaciones laborales debido a la falta de espacios para expresar emociones, la insensibilidad en los entornos de trabajo y la ausencia de políticas específicas más allá de las legales.

Protección laboral en México: Enfoque físico, no mental.

En México, la Ley Federal del Trabajo (LFT) protege los derechos físicos de las trabajadoras embarazadas, garantizando seguridad social, descanso y prohibiendo el despido por embarazo. Sin embargo, el artículo 170 solo menciona evitar trabajos que alteren el estado psíquico, sin establecer protocolos claros para la salud mental. Aunque la NOM-035 aborda riesgos psicosociales, no considera específicamente los efectos del embarazo, como ansiedad, alteraciones del sueño o estrés, que impactan el desempeño laboral.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) emite alertas por síntomas físicos (hinchazón, vómitos, fiebre), pero no existen lineamientos para atender los efectos psicológicos, que son igual de relevantes pero menos visibles.

Recomendaciones para empresas y trabajadoras.

Ana Lilia Núñez Valle señala que hasta el 30% de las mujeres experimenta ansiedad o depresión durante el embarazo, pero solo un 10-15% recibe tratamiento debido a la dificultad para pedir ayuda y la falta de apoyo en su entorno. La SIP propone un modelo de gestión emocional que incluye programas de prevención de riesgos psicosociales, salarios adecuados y reconocimiento profesional para crear entornos laborales saludables.

Brenda Benítez sugiere implementar talleres de sensibilización, fortalecer redes de apoyo y promover el autocuidado. También recomienda a las trabajadoras usar agendas para organizar tareas y realizar ejercicios de memoria. Núñez Valle enfatiza la importancia de campañas de concientización con perspectiva de género y anima a las mujeres a hablar de sus emociones con sus redes de apoyo: “Estás haciendo lo mejor que puedes; si te sientes sola o triste, no lo dejes pasar”.

Conclusión.

El embarazo es un periodo de grandes retos emocionales y profesionales para las mujeres, pero las políticas laborales en México se centran en la protección física, dejando de lado la salud mental. Las empresas deben adoptar medidas proactivas, como programas de sensibilización y apoyo psicosocial, para garantizar el bienestar de las trabajadoras gestantes y lactantes, promoviendo entornos laborales más humanos y productivos.