¿Saldo a favor o en contra? Conoce cómo te irá con tu declaración

No necesitas magia para saber cómo te irá con tu declaración de impuestos, ya puedes usar el simulador de declaración anual que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene disponible en su sitio web y que te permitirá conocer con anticipación si tendrás saldo a favor o saldo a cargo, es decir, si en vez que te devuelvan dinero tendrás que pagarle a Hacienda.

A pesar de que la obligación para realizar la declaración anual de personas físicas comienza a partir del primero de abril, desde hace unos días el SAT habilitó el simulador de declaración anual para que los contribuyentes puedan revisar cuál podría ser el resultado de esta obligación fiscal.

Algunas personas que ya comenzaron a usar el simulador encontraron que recibirán saldo a favor por las deducciones personales que reportaron en el 2022, mientras que otras, sobre todo aquellas personas que tienen hasta dos patrones, encontraron que tendrán que pagarle al SAT.

¿Quiénes están obligados a presentar la declaración?

No todas las personas físicas están obligadas a realizar su declaración anual, si eres asalariado y ganas menos de 400,000 pesos al año puedes librarte de esta obligación, aunque si quieres y realizaste deducciones personales durante el 2022 puedes presentarla de manera voluntaria y quizá hasta obtener devolución por parte del SAT.

Las personas que están dadas de alta bajo el régimen de sueldos y salarios y asimilados a salarios que sí están obligadas a realizar la declaración anual son aquellas que además de su sueldo obtuvieron ingresos distintos, las que trabajaron para dos o más patrones de manera simultánea, si además obtuvieron ingresos por indemnización o jubilación o ando su salario supere los 400,000 pesos anuales.

Quienes estén dadas de alta como servicios profesionales, también tienen la obligación de presentar su declaración, es decir, que si obtienes ingresos por tu cuenta y emites comprobantes de honorarios debes hacerlo.

Las personas físicas que realicen actividades empresariales, incluyendo, plataformas tecnológicas, región fronteriza o estén bajo el régimen de Incorporación Fiscal (RIF) con coeficiente de utilidad.

De acuerdo con el micrositio del SAT, #Declara 2022 Personas Físicas, quienes estén registrados bajo el Régimen Simplificado de Confianza, por las actividades empresariales, profesionales u otorgamiento del uso o goce temporal de bienes, también deberán presentar su declaración anual.

Si cobras rentas por algún bien inmueble (departamento, casa o local comercial), si reciben intereses o dividendos, si enajenaron bienes, si vendieron algún bien o si compraste un bien, deberían cumplir con esta obligación.

¿Qué son las deducciones personales?

Las deducciones personales son aquellos gastos que realizan los contribuyentes que no están relacionadas con la actividad que desarrolla y que se pueden deducir pero sólo aplican para la declaración anual, como honorarios médicos, colegiaturas, transporte escolar, gastos funerarios, los intereses reales devengados por créditos hipotecarios, las primas de seguros de gastos médicos, aportaciones complementarias para el retiro, planes personales para el retiro y donativos.

Es importante que al facturar alguna deducción personal y te pregunten el uso de ésta se dé la información correcta del concepto para que pueda aplicar. Es decir, si son honorarios médicos informarlos así y no como gastos en general o por definir. Otra cuestión para que apliquen, es que al facturarlas se paguen por medios electrónicos: transferencia, pago con tarjeta yan que pierden valor si se pagan en efectivo, explicó Norma Cruz, directora de Autonomía Fiscal para Mujeres.

Una herramienta adicional que se puede utilizar para conocer las deducciones que aplican dentro de la declaración anual es es el visor de deducciones personales que también se encuentra dentro del sitio del SAT, detalló la especialista.

“Nos permite ver qué deducciones si se podrán contemplar y cuáles no”, dijo. Ademas el Visor esta disponible todo el año.

Fuente: El Economista