Una de las responsabilidades más importantes, y que más se evade, es la de hacer el testamento cuando aún se goza de capacidad cognitiva, salud y energía. Escoger quienes y cómo se quedarán con los bienes y ahorros que se tengan, la tutoría de los hijos o alguna persona que esté a nuestro cargo y la persona encargada de continuar administrando algún negocio no es tarea fácil.
En México, desde hace más de 20 años, el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, junto con el notariado mexicano iniciaron una campaña para fomentar el otorgamiento del testamento oportuno y concientizar sobre los problemas que se pueden dejar si no se hace.
Esa campaña llamada “Septiembre, mes del testamento”, continúa vigente y, como cada año, se ofrecen descuentos, asistencia jurídica y horarios extendidos en todas las notarías públicas federales del país.
Los descuentos, horarios y precios varían según la entidad federativa, pero por lo pronto es importante que sepas cómo es el proceso, las figuras que deberás nombrar y otros pormenores a considerar al realizar tu testamento.
Figuras que existen en el testamento
César Mata, catedrático en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, explicó que existen tres figuras fundamentales dentro del testamento: el albacea, el curador y el tutor.
“El albacea es la persona que se designa para cumplir la voluntad plasmada en el testamento. Al momento de la muerte será quien acuda ante notario para impulsar y vigilar que la sucesión testamentaria se cumpla, o en algunos casos, administrar los bienes para repartirlos”, describió Cesar Mata.
Otra figura importante es el tutor, ya que cuando una persona fallece y tiene hijos o personas con alguna discapacidad física o cognitiva a su cuidado, se debe designar a alguien para que los siga cuidando en su ausencia.
“Se puede nombrar a una persona que vigile al tutor, alguien que vigile el manejo del dinero, la calidad de vida y el trato que el tutor le da a la persona en su cuidado, esta figura se le conoce como curador”, añadió César Mata.
De igual manera, es importante hacer la distinción entre heredero y legatarios, los herederos reciben los bienes y, en algunas ocasiones, deberán responder por compromisos como deudas, y el legatario recibe bienes específicos del testador.
Pasos para otorgar el testamento
Los interesados en otorgar su testamento, tendrán que acudir a la notaría pública más cercana o a la de su preferencia, llenar la solicitud con los detalles personales básicos de la persona y, contar con identificación oficial vigente con fotografía.
“A partir de ahí es un proceso muy sencillo, se sentará con el notario a decidir quién será el albacea, curador, etc., cómo quieres que se repartan los bienes, en todo momento el notario te estará guiando”, declaró César Mata, y agregó que no sólo se consideran los bienes actuales, también se pueden incluir bienes y ahorros futuros.
En algunos estados será necesario llevar testigos, se cubre el costo, se firma el testamento original y en ese momento tus bienes ya tienen destino al momento de que fallezcas. Si en algún momento se desea cambiar el testamento, se puede y siempre será vigente el último que se realice.
Ventajas de otorgar el testamento en septiembre
El mes del testamento da varias facilidades para que se pueda otorgar el testamento, la primera es que en algunas notarías se amplían los horarios de atención o se atienden a los interesados durante los fines de semana de septiembre.
Los precios varían por estado, sin embargo, el rango va de 1,000 a 4,000 pesos. Durante septiembre varias entidades dan descuentos a personas de la tercera edad, personas con discapacidad, trabajadores de la salud o seguridad pública y en algunas ocasiones, se da un descuento universal; estos descuentos pueden llegar a ser de hasta 50% del costo.
Como ejemplo, en la CDMX, entidad con más notarías del país, se podrá otorgar el testamento con un costo de 3,700 pesos, que incluye IVA y el aviso de otorgamiento; al mismo tiempo que se obtiene un descuento en honorarios notariales.
Fuente: El Economista