Parece irónico, pero decir “no” en el trabajo es igual de importante que mostrar buena disposición para hacer cosas. Como menciona Nora Taboada, fundadora de AFE Liderazgo Consciente, “en un mundo donde la sobrecarga de trabajo y las demandas son cada vez más comunes, aprender a decir «no» se ha convertido en una habilidad valiosa”.
Las cargas laborales que exceden la capacidad de las personas o las jornadas de trabajo extensas, son factores que pueden afectar la salud mental de los trabajadores. De acuerdo con el Reporte de riesgo psicosocial en México de Mercer Marsh Beneficios, el 43% de los empleados tiene sobrecargas de trabajo y horarios excesivos.
En este contexto, aprender a decir “no” en el trabajo es crucial para mantener un buen equilibrio entre vida laboral y personal, y para cuidar la salud integral. “A menudo, aceptamos compromisos adicionales por temor a desilusionar a nuestros colegas o jefes, pero a largo plazo, esta actitud puede llevar al agotamiento y al estrés”, afirma Nora Taboada.
Poner límites en el trabajo no es sencillo. Diversos estudios confirman que satisfacer a los demás cuando nos solicitan un favor es parte de la evolución humana, la aceptación es en gran medida la manera de ser parte de una comunidad. En términos prácticos, el ser humano lleva años de programación para responder “sí”.
Sin embargo, en el contexto laboral, la aceptación constante de nuevas tareas, proyectos o favores se traduce en cargas de trabajo que pueden ser difíciles de manejar, y este comportamiento merma la salud de las personas y puede impactar en su desempeño.
“Aunque no te des cuenta, aceptar otro proyecto es posponer tareas que ya te habías comprometido a terminar. Aceptar una nueva tarea significa que no has pensado en el impacto que esto tendrá en tu carga de trabajo”, advierte Trello, plataforma de administración de proyectos.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han alertado sobre el impacto negativo de las sobrecargas de trabajo y las jornadas extensas. Según los datos proporcionados por ambas entidades, cada año mueren 750,000 personas por enfermedades cardíacas y accidentes cardiovasculares que se vinculan con estos factores.
“Aceptar más trabajo a veces significa sacrificar algo en tu vida personal. ¿Vas a tener que trabajar horas extra y, en consecuencia, dejar de salir con tus amigos o dejar de pasar tiempo con tu familia?”, señala Trello.
Pero establecer límites no es el único reto, las personas deben estar conscientes sobre cuándo se trata de un momento que amerita no aceptar algo de formar asertiva. Para identificar estas ocasiones, Nora Taboada recomienda reflexionar en cuatro puntos:
- ¿Tienes tiempo suficiente para hacerlo?
- ¿Eres la persona correcta para hacerlo?
- ¿La solicitud encaja con tus objetivos y metas?
- ¿Con el trabajo que ya tengo, podría comprometerme a entregar algo de calidad?
Si una sola respuesta a estas preguntas es negativa, entonces lo ideal es decir “no”. Analizar estos puntos es importante para no rechazar cosas porque no son compatibles con los gustos, porque es demasiado complejo o sólo porque no se quiere aceptar, actitudes que se vinculan más con una falta de profesionalismo, opina la especialista.
¿Cómo decir “no” de manera proactiva?
Para Nora Taboada, el rechazo es aceptable cuando hay una buena razón y si se comunica con empatía, amabilidad y consideración. En este sentido, la especialista recomienda dos pasos para lograrlo:
» Paso 1
Hay que tener en cuenta que el rechazo es a la tarea o a la solicitud, no a la persona. En este tenor, las respuestas propositivas son un buen inicio, por ejemplo, algo como: “No me sería posible entregar el reporte en la fecha que lo solicitas, pero me gustaría entender un poco más la razón de tu urgencia y platicar para ver si encontramos una solución que funcione para ambas partes”.
Además, es importante evaluar con frecuencia las metas y responsabilidades profesionales y personales para enfocarse en lo esencial, con esto se puede evitar destinar tiempo y recursos en actividades que no están alineadas con eso.
» Paso 2
Cuando se tienen identificadas las prioridades y se asume que el rechazo no es hacia la persona, el mensaje se debe comunicar de manera respetuosa y asertiva. Por ejemplo, en lugar de sólo rechazar la solicitud, se pueden explicar las razones y proponer alternativas.
Una oración que puede ayudar para esto es: “Aprecio que pienses en mí y me siento honrado por la solicitud. Pero desafortunadamente, no tengo tiempo para dar lo mejor de mí en un proyecto así en este momento. Porque no programamos una llamada y te ayudo a encontrar alternativas, tal vez hasta pueda recomendarte a alguien”.
“Decir «no» no es un acto de egoísmo, sino un acto de cuidado propio. Cuando establecemos límites y prioridades claras, no sólo mejoramos nuestro bienestar, sino que también nos volvemos más eficientes y productivos en el trabajo. Además, al demostrar que somos capaces de decir «no” de manera efectiva, ganamos el respeto de nuestros colegas y jefes”, puntualiza Nora Taboada.
Fuente: El Economista