Cuando nos atrasamos en pagos de diversos bienes y servicios o acumulamos una deuda importante, es común que despachos de cobranza se pongan en contacto con nosotros, a través de llamadas telefónicas, correo electrónico y, en casos extremos, visitas a nuestro domicilio para cobrarnos el adeudo.
Saber si los mails y llamadas que nos llegan por un supuesto despacho de cobranza son verdaderos y trabajan con la institución acreedora de la deuda puede ser confuso, siempre existe la sospecha de que se trate de algún tipo de estafa.
Ante estas situaciones, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), tiene en su sitio web un apartado donde los consumidores podemos buscar la relación existente entre los despachos de cobranza y las instituciones acreedoras, si es que la hay, junto con la legalidad de estos despachos.
Las instituciones financieras tienen como obligación registrar a los despachos de cobranza encargados de recuperar créditos, préstamos y financiamientos de manera extrajudicial, tanto si se trata de personas morales como personas físicas.
En el Registro de Despachos de Cobranza (Redeco), también es posible saber los mecanismos extrajudiciales por los que se pueden recuperar las respectivas deudas, pues se tienen que alinear a las regulaciones vigentes, entre las acciones que no pueden hacer se encuentra la intimidación, usar números confidenciales u ocultos, usar documentos que aparenten ser oficiales o judiciales e intimidar al deudor.
En caso de que seas víctima de alguna mala práctica por parte de un despacho de cobranza, podrás generar tu queja a través del portal web de Condusef, donde tendrás que llenar un formulario con tus datos, los del despacho de cobranza y una breve descripción de los hechos.
Fuente: El Economista