De los 24 productos de la lista de la canasta básica que se incluye en el PACIC, 17 subieron de precio por encima de la inflación promedio que se registró entre mayo de 2022, cuando fue lanzado este programa, a septiembre de este año.
La naranja fue el producto que reportó el incremento de precios más alto, con 84.6%; casi siete veces más que la inflación promedio en el país. Le siguieron zanahoria, limón y papa blanca, con alzas superiores a 40%, de acuerdo con cifras del Inegi.
“El PACIC no funcionó por una simple razón: los precios no se controlan por decreto. Estamos en un México que es un libre mercado y se mueve con las posiciones de oferta y demanda, el gobierno ya no puede incidir en los temas productivos”, sostuvo Fernando Cruz, socio del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
En mayo de 2022, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó el PACIC, acordó con productores, distribuidores y comerciantes medidas para reducir los precios de los productos de la canasta básica además de abrir cupos para la importación con cero arancel de alimentos como la harina de maíz, harina de trigo, maíz blanco, sorgo y el frijol.
“Combatir la inflación no es la medida adecuada. El problema que no alcance para los productos de la canasta básica va más allá de los precios. Esto tiene que ver con el poder adquisitivo de la moneda”, dijo Eréndira Yaretni Mendoza Meza, especialista en materia económica, desarrollo e internacionalización.
“La inflación es un atractivo para la producción. Si se produce más, van a generar empleos y aumentará la producción”, lo que se traduce en un crecimiento del producto interno bruto, “por lo tanto el poder adquisitivo va a incrementar”, añadió.
La formación de precios de los productos incluidos en el acuerdo contra la inflación, la mayoría productos alimenticios, tiene que ver con cuestiones climáticas, la producción, así como temas de seguridad -pago de derecho de piso-, entre otros factores que no se pueden controlar.
¿Qué faltó en el PACIC?
Una de las medidas que fueron positivas para controlar la inflación tiene que ver con abrir las fronteras a la importación de ciertos productos.
“La idea es ser resiliente ante los choques, por ejemplo, los climáticos. ¿Cómo eres resiliente? Enfocándote en lo que eres productivo, y en lo que no lo eres, ábrete al comercio internacional; mejor importar estos productos para que se pueda mitigar la inflación no subyacente”, explicó Gabriel Pérez del Peral, profesor de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana (UP).
En septiembre, el índice no subyacente se ubicó en 7.17%, siendo frutas y verduras los productos que registraron las mayores alzas a su interior, con un aumento de 12.81%, de cuerdo con datos del Inegi.
Otro aspecto que hubiera fortalecido al PACIC, subrayó Pérez del Peral, tiene que ver con una mayor coordinación entre la política fiscal y monetaria, al final “la inflación es un fenómeno monetario”, dijo.
“El ruido fiscal no permite que bajen los precios, el alto déficit 6% del PIB este año, y no lo van a bajar a 3.5% como habían prometido”, señaló el académico de la UP al tiempo de comentar que, una vez que el gobierno “racionalice sus gastos ante una recaudación que no va a subir, le mete más certidumbre al mercado. Eso le permite a las tasas de interés bajar”.
“Si el gobierno tiene un alto déficit fiscal, tiene que subir la tasa de interés para hacer atractivo para que el mercado le preste dinero”, añadió.
El gobierno, a través de la Profeco, tenía que haber hecho una mejor tarea de supervisión de precios para saber “cuánto se estaba llevando cada una de las partes de la cadena en la formación de precios. Con acciones que debe hacer gobierno que no hace, y cuando las hace, las hace mal”, lamentó Cruz.
Bajar 10% el precio de la tortilla
La semana pasada la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, dieron a conocer que una de las metas de este gobierno es reducir en términos reales el 10% el precio de la tortilla .
“De un kilo de tortilla, el 25% de los insumos es el costo del maíz; lo demás -el otro 75%- son los costos de los energéticos, la renta, el salario de los trabajadores -que reciben el salario mínimo- y algunos productores de tortilla dicen que tienen que pagar derecho de piso en algunos estados”, señaló Fernando Cruz.
La cadena de producción de la tortilla tiene una estructura muy fragmentada, es decir, en el proceso intervienen muchos actores, “lo que genera que esas tortillas sean muy caras porque tienen ineficiencias logísticas. Por más que quieran hacer que baje el precio del maíz blanco; se tiene que revisar la estructura de costos, y es lo que no han hecho”, agregó.
A decir del socio del GCMA, la Secretaría de Economía tiene que dar subsidios y créditos baratos a los tortilleros para que modernicen su planta, para mejorar las estructuras de acopio, así como contar con su propio molino para reducir la cadena de producción y “que se vuelva más rentable”.
Fuente: Expansión