Lo que debes saber si compras ahora y pagas después.

A veces estamos en una tienda, vemos un producto y, aunque lo queramos, en ese momento no es posible comprarlo por lo limitado de nuestra quincena o ingreso mensual. Muchas veces planeamos la compra de algún artículo para quincenas o meses futuros, en muchas ocasiones haciendo malabares con nuestro bolsillo para amortizar el costo o usando recursos ahorrados. 

Es ahí donde el sistema de “Compra ahora, paga después” (BNPL, por su siglas en inglés), nos permite tener productos con pagos a meses sin intereses o diferidos, lo que nos puede dar una capacidad de compra extra y tiempo adicional para planificar los pagos.

Pagar productos y servicios a meses sin intereses o diferir los pagos correspondientes es una herramienta que, obligatoriamente, trae al consumidor una deuda y obligaciones financieras que, muchas veces, no considera el cliente a la hora de hacer la compra, sin embargo, es importante aprender a manejarlas para no tener consecuencias o malas experiencias derivados de una deuda.

¿Cómo funciona el “¿Compra ahora, paga después»?

Ricardo Muñoz es vicepresidente de marketing en Aplazo, empresa especializada en compra ahora y paga después, y explicó que el sistema BNPL es un procesamiento de pagos que permite al usuario personalizar los pagos de productos y servicios dependiendo de su capacidad de compra actual y su generación de ingresos futura.

“Pagar de esta manera da la posibilidad de aumentar la capacidad adquisitiva del consumidor, es posible comprar productos que, en otros casos, necesitaría de ahorro, o pagar servicios que significan un gasto fijo fuerte”, declaró Muñoz y añadió que es el consumidor el que escoge a cuántos pagos o meses realizará su compra.

Las empresas que facilitan este método de pago son instituciones bancarias tradicionales a través de tarjetas de crédito y débito, fintech por medio de sus aplicaciones e, incluso, algunas Sofipos tienen productos financieros que dan esta facilidad de pago. Los comercios aceptan este tipo de pagos, ya que garantizan un aumento de ventas y un ingreso extra asegurado.

“En México ya existen miles de negocios que tienen incorporado este método de pago, tan sólo nosotros contamos con más de 15,000 comercios que aceptan diferir pagos”, dijo Ricardo Muñoz, y anunció que para el 2029 esperan que el tamaño del mercado de BNPL se triplique.

¿Existen riesgos al usar este sistema de pago?

Ricardo Muñoz Aclaró que apps como Aplazo, junto con instituciones bancarias tradicionales, generan historial crediticio al consumidor si usa el BNPL como sistema de pago, en una potencial falta de pagos pactados, las consecuencias pueden impactar en el score crediticio o, en casos más graves, en el buró de crédito.

Valeria Arellano, experta en educación y planeación financiera, explicó que no se debe satanizar el hacer compras a meses o con pagos diferidos, es necesario que el consumidor sepa usar estos beneficios con disciplina y evitar problemas financieros futuros.

“Comprar de esta manera es muy fácil y muchas veces el cliente puede llegar a perder la noción de lo gastado, lo importante es siempre tener una deuda menor a 30% de los ingresos”, avisó Arellano. Otro punto a considerar, es que con este sistema de pagos, muchas veces el costo final es superior al precio de contado y una hipotética falta de pagos puede generar recargos e intereses.

Organizar los pagos, tener conciencia de nuestra capacidad económica y evitar hacer compras de artículos no indispensables todo el tiempo son las claves para poder controlar el nivel de deuda adquirido.

“Si ya tienen un nivel de deuda muy alto, es recomendable buscar apoyo monetario de seres queridos o generar un ingreso extra, hacer todo lo posible para evitar que la compra de un lujo sea la causa de tener mal historial crediticio”, lamentó Valeria Arellano.

De igual manera, en caso de que exista algún desacuerdo con empresas que facilitan este sistema de pago, una mala experiencia o una disputa, el cliente se puede acercar a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), pues es la dependencia de gobierno encargada de regular estas prácticas.

Fuente: El Economista