México ocupó el último lugar en la OCDE en ahorro para el retiro en el 2022

En 2022 México ocupó el último lugar en el ahorro para el retiro obligatorio en comparación con otros esquemas de pensiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En el informe “Pensions at a Glance 2023” se observó que en el 2022 los trabajadores mexicanos tuvieron una tasa de cotización de 6.3 por ciento. Este ahorro obligatorio se canaliza en las administradoras de fondos para el retiro (afores).

La OCDE sólo contempló la aportación patronal de 5.15% y la del trabajador de 1.125%, no obstante con la cuota del gobierno federal la tasa de contribución se ubicó en 6.5% del salario en 2022.

El promedio del ahorro para el retiro obligatorio de los trabajadores se ubicó en 18.2% a nivel OCDE en 2022.

En Italia se encontró la tasa de cotización más elevada con 33 por ciento. En República Checa, Francia y Grecia también se encontraron tasas de cotización elevadas que rondan del 26 al 28 por ciento.

América Latina

Colombia fue el país mejor posicionado en América Latina. Los trabajadores tuvieron un ahorro obligatorio de 16 por ciento.

Los trabajadores de Costa Rica registraron un ahorro obligatorio de 13.5%, mientras que en Chile fue de 12.7 por ciento.

El ahorro crecerá a 15%

La OCDE señaló que si bien la tasa de ahorro obligatorio en México es de 6.3%, “aumentará al 15% en los próximos años años”.

El crecimiento en el ahorro obligatorio es consecuencia de la reforma a la Ley del Seguro Social (LSS) realizada en 2020.

Las aportaciones patronales subirán de 3.150 a 11.875% desde este año y hasta el 2030, pero dependerá del Salario Base de Cotización de cada trabajador. Mientras tanto, las aportaciones de los empleados se mantendrán en 1.125% de su salario.

En total, las aportaciones obrero-patronales, sumadas a la cuota social en los casos correspondientes, subirán de 6.5 a 15% en el periodo referido.

Disyuntiva

La OCDE acotó en su informe que la “elección del nivel de cotización debería ser el resultado de compensar unos salarios netos más bajos con unas pensiones futuras más elevadas”.

«Sin embargo, además, unas cotizaciones obligatorias más elevadas podrían perjudicar la competitividad de la economía y reducir el empleo total, al tiempo que podrían aumentar la informalidad”.

Fuente: El Economista