Lees un correo electrónico mientras hablas por teléfono al tiempo que saludas a señas a tus compañeros de oficina, ¿es un superpoder que te convierte en un colaborador muy productivo o es una trampa peligrosa que agota tus recursos cognitivos?
En la sociedad actual, ser multitasking se ha convertido en una habilidad laboral esencial. Sin embargo, es importante comprender los riesgos que conlleva esta expectativa y cómo puede afectar tanto a una persona como a la calidad de sus entregables.
Cuando se realizan múltiples tareas a la vez, el cerebro se enfrenta a un desafío considerable. En lugar de dedicar toda la atención a una única tarea, se divide para gestionar varias actividades simultáneamente o alternar rápidamente entre ellas. Cada tarea activa un conjunto específico de circuitos neuronales en función de su naturaleza y requisitos.
El cerebro es capaz de cambiar su enfoque de una tarea a otra mediante la transición de la atención, apagando temporalmente los circuitos asociados a la tarea anterior y activando los relacionados con la nueva tarea. Esta alternancia constante de atención es cognitivamente exigente y puede llevar a un aumento en la fatiga mental.
Cuando te involucras en la multitarea, es común que la calidad del trabajo disminuya. La atención dividida puede resultar en errores, omisiones y una falta de profundidad en la resolución de problemas. Además, la multitarea puede generar estrés y ansiedad, ya que el cerebro se ve sometido a una presión constante para cumplir con múltiples demandas.
A pesar de la creencia común de que la multitarea mejora la productividad, estudios han demostrado que en realidad puede ralentizar el proceso y aumentar el tiempo necesario para completar el trabajo. También puede dificultar la toma de decisiones efectivas, ya que dividir la atención puede limitar la capacidad del cerebro para procesar información de manera exhaustiva.
La confusión entre la multitarea y la productividad puede ser un malentendido común en la sociedad moderna. Esto se debe en parte a que, en ciertos contextos, la multitarea puede dar la ilusión de ser más productivo debido a la sensación de hacer más cosas al mismo tiempo. Sin embargo, esta percepción podría resultar engañosa”.
En primer lugar, vivimos en una era de constante estimulación y distracción, donde la tecnología nos permite alternar fácilmente entre múltiples actividades. Esto ha llevado a la idea errónea de que la multitarea es la clave para mantenerse al día con la avalancha de información y responsabilidades.
En segundo lugar, la multitarea a menudo proporciona gratificación instantánea. Cuando respondes correos electrónicos mientras participas en una reunión o navegas por las redes sociales mientras trabajas, obtienes una serie de recompensas pequeñas en forma de respuestas rápidas y entretenimiento instantáneo. Esto puede crear la ilusión de productividad.
Además, en muchos lugares de trabajo se valora la multitarea y se asocia con la capacidad de ser «proactivo» y «eficiente». Los empleadores a menudo alientan a los empleados a hacer varias cosas a la vez para «optimizar» el tiempo.
Recomendaciones para la productividad real
Sin embargo, en lugar de realizar varias tareas mediocres, a menudo es más efectivo centrarse en una cosa a la vez, completarla de manera eficiente y luego pasar a la siguiente. La productividad real se mide por la calidad y los resultados de lo que se logra, no por la cantidad de tareas realizadas.
Entonces, ¿cómo se puede ser más productivo? A continuación presento algunas ideas:
- Establece metas claras: Define objetivos específicos y alcanzables para cada día. Esto te ayudará a mantener un enfoque en lo que necesitas lograr.
- Crea un plan: Identifica las actividades más importantes y urgentes y trabaja en ellas primero. Antes de comenzar, crea un plan detallado con una lista de actividades y tiempos asignados para cada una. Esto te ayudará a trabajar en lo prioritario.
- Pon límites de tiempo: Asigna un tiempo limitado para cada tarea. La restricción de tiempo puede aumentar la concentración y evitar que te distraigas.
- Elimina distracciones: Apaga las notificaciones innecesarias en tus dispositivos y crea un entorno de trabajo libre de distracciones. Esto te permitirá mantener la atención.
- Toma descansos regulares: Programa descansos breves entre tareas para recargar tu mente. Los descansos cortos pueden mejorar la productividad a largo plazo.
- Delega: Si es posible, asigna ciertas actividades a colegas o subordinados. Delegar libera tu tiempo para aquellas cosas que requieren tu atención personal.
- Organiza tu espacio de trabajo: Mantén tu área de trabajo organizada y ordenada. Esto ayuda a mantener la concentración.
- Aprende a priorizar: Evita comprometerte con más tareas de las que puedes manejar de manera efectiva. Aprender a rechazar solicitudes cuando sea necesario es importante para mantener el enfoque.
- Fomenta la autodisciplina: Cultiva hábitos de trabajo sólidos y establece rutinas diarias que te ayuden a mantenerte enfocado y productivo.
- Realiza revisiones regulares: Al final del día o de la semana, revisa tus logros y evalúa tu productividad. Esto te permitirá identificar áreas de mejora.
Recuerda que la productividad no se trata sólo de hacer más cosas, sino de hacer las cosas correctas de manera eficiente.
En un mundo que a menudo valora la velocidad sobre la calidad y la cantidad sobre la profundidad, es esencial resistir la trampa de la multitarea y abrazar la simplicidad de la atención concentrada. Al hacerlo, no sólo aumentamos nuestra productividad real, sino que también descubrimos un sentido de logro y satisfacción más profundo en nuestras vidas laborales y personales.
La multitarea puede ser tentadora, pero la verdadera productividad y el éxito duradero se encuentran en la habilidad de enfocarnos en lo que realmente importa.
Fuente: El Economista