¿A quien le vas a quedar mal o le deberás por siempre? Son las preguntas que pueden surgir si caes en el efecto piramidal del crédito y del cual es importante tener consciencia, sobre todo en un periodo inflacionario como el que vivimos en este momento.
Es probable que el endeudamiento se eleve de manera inesperada por alguna enfermedad, evento social o unas vacaciones inolvidables; sin embargo, también puede ser paulatino, pues somos animales de costumbres y tendemos a seguir gastando en la misma magnitud, aunque la capacidad económica se vea mermada por la inflación.
En el “mejor” de los casos bajará el ahorro mensual y el capital acumulado, pero con frecuencia significa un aumento en el apalancamiento que llega a niveles de peligro.
Se genera poco a poco y no se siente; según las cifras oficiales, los precios al consumidor subieron en los dos últimos años cerca del 11 por ciento y para tu canasta, dependiendo de lo que adquieras, podría estar por arriba del 20 por ciento. Si tu ingreso quedo sin cambio vas perdiendo capacidad de compra.
Como el avance es lento, dejas de percatarte y lo ves reflejado en cada vez mayores saldos en tarjetas, que se va acelerando, porque el costo de este financiamiento es el muy caro.
Es fácil caer en la “necesidad” de aceptar límites superiores de crédito y ceder ante las promociones de tarjetas adicionales, además de recurrir a los préstamos vía nómina o ir sacando a meses sin intereses.
El endeudamiento se va yendo a las nubes y cuando menos acuerdas ya no te alcanza para pagar los mínimos y empiezas a fallar, lo que se convierte al paso del tiempo en una eliminación de la línea de crédito y te persiguen los acreedores para liquidar.
Aquí entran los agiotistas o casas de empeño y la situación se torna desesperada, recurriendo a familiares y conocidos para salir de los gastos cotidianos. Si pides prestado para hacer frente a tus deudas… ¿Con quien vas a quedar mal?
La salida a este esquema piramidal es complicada, pues terminas sin liquidar tus compromisos contraídos y con seguridad será con quienes menos te presionan. Es triste, porque te alejas de esas personas que te apoyaron cuando tenías dificultades.
En esta circunstancia, la solución es la misma que en un principio, pero llevarla a cabo antes, hace toda la diferencia. Ajustar tu consumo a tu capacidad de pago y buscar elevar los ingresos.
Recuerda, al reventar la burbuja del apalancamiento estarás más afectado, será dramático, con problemas familiares y efectos colaterales con quienes te prestaron.
Fuente: El Financiero